¿Te imaginas viajando a una velocidad de 6000 km/h? Esto se hará realidad gracias al hidrógeno

Sentarse durante horas en un interminable vuelo intercontinental no puede ser muy agradable. Con esta premisa en mente, la compañía de aviación Destinus está trabajando para reducir drásticamente el tiempo de vuelo. Y quiere hacerlo con hidrógeno.

Su objetivo: poder trazar rutas a velocidades hipersónicas y en menos tiempo del necesario. a destino, compañías con sede en Payerne, Suiza, propone ofrecer vuelos hipersónicos con aviones propulsados ​​por agua, una apuesta con la que pretende hacer que incluso las distancias más largas sean “insignificantes”. uso de tecnologías más respetuosas con el medio ambiente.

En la práctica, esto significaría que los vuelos entre Nueva York y Londres o París tomarían 90 minutos, Frankfurt a Shanghái en menos de tres horas, o Alemania a Sydney en poco más de cuatro horas, significativamente menos que ahora.

Su objetivo es ofrecer a los operadores aeronaves capaces de alcanzar velocidades superiores a los 6.000 kilómetros por hora (Mach 5), lo que permitiría hablar de vuelos hipersónicos, y superar los 33.000 metros de altitud.

El hidrógeno ayudará a lograr estos objetivos

La empresa ha creado un calendario con varios objetivos, algunos de los cuales ya se han cumplido. Otros tendrán que ser alcanzados en el futuro. Hace unos días, Destinus presentó su nueva versión de prueba, Destinus-3.

El avión tendrá 10 metros de largo por cuatro de ancho, pesará unas dos toneladas, utilizará hidrógeno criogénico y volará a más de 1.200 km/h. El objetivo es que en 2024 realice sus primeras pruebas a velocidades subsónicas para probar sus capacidades, y en la segunda etapa podrá volar a velocidades supersónicas.

Hasta el momento, ha realizado operaciones con Destinus 1 “Jungfrau” y Destinus 2 “Eiger”, lo que le permitió probar la aerodinámica de sus diseños y realizar el primer vuelo de un avión no tripulado de hidrógeno en Europa.

7300 km/h pueden hacerse realidad

Destinus 3 será solo un trampolín para la compañía, que ya está mirando más allá del vuelo supersónico a Mach 5 y velocidades hipersónicas. Entre 2030 y 2035, la compañía quiere lanzar el Destinus S, un avión comercial de pasajeros hipersónico que funciona completamente sobre agua.

El objetivo: desarrollar una velocidad de Mach 5 y transportar 25 pasajeros. Además, en el horizonte de la década de 2040, la compañía prevé un nuevo hito: presentar un modelo Destinus L aún más grande, capaz de transportar de 300 a 400 pasajeros a cualquier parte del planeta y alcanzar Mach 6, 7300 km/h.

¿Por qué hidrógeno?

La compañía afirma que puede reducir el impacto ambiental de la aviación, una deficiencia que ya ha alimentado el debate sobre la sostenibilidad de ciertas rutas y ha llevado al sector a buscar formas de minimizar su impacto, incluido el uso de aviones eléctricos.

El transporte aéreo tradicional es responsable del 2,5% de las emisiones anuales de carbono. Estamos comprometidos a hacer negocios sin emisiones de carbono.

Subrayar.

hidrógeno

Otra fortaleza del hidrógeno, especialmente cuando se considera para vuelos de alta velocidad y largo alcance, es su densidad de energía, que es tres veces mayor que la del combustible Jet A.

Un proyecto bastante complejo

Jean-Philippe Giroud, director ejecutivo de la compañía, confirma el potencial del proyecto, que ofrecerá a los operadores “un vehículo capaz de volar a una velocidad de 6.000 km/h a 30 km de altitud” y realizar viajes intercontinentales en muy poco tiempo tiempo. Sin embargo, experiencias como la del Concorde han demostrado que lo que parece fantástico en teoría o sobre el papel puede no adaptarse tan bien cuando se traslada al mercado.

El icónico avión supersónico finalmente fue retirado del servicio en 2003 debido a su alto costo y a la sombra del accidente de una de sus unidades tres años antes en París. Los vuelos de Hyperloop también son caros. En 2003, un billete de Concorde costaba aprox. desde 6500 euros. Sin embargo, esto no disminuye las posibilidades de un vuelo de París a Nueva York en apenas 90 minutos a una velocidad de más de 6000 km/h, lo cual es increíble.

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